Muralla del Albacar

Dirección: Camino de los Molinos, SN, Ronda (Málaga)
Coordenadas GPS: 36º 44’18.77” N, 5º 10’06.60” O
Periodo/s de construcción: nazarí (final siglo XIII – siglo XIV)
Propiedad: Excmo. Ayuntamiento de Ronda

Autor de la ficha: Pedro Gurriarán Daza

 

TÉCNICA CONSTRUCTIVA

Técnica constructiva: Construcción de tapia de hormigón de cal de grano fino (tabiya) sobre zócalo de mampostería. reconstruída la parte superior en periodo castellano con mampostería careada.

 

INTERVENCIONES REALIZADAS

INTERVENCIÓN 1:

Autor: Pedro Gurriarán Daza, Salvador García Villalobos

Título del proyecto: Proyecto de Restauración y puesta en valor de la Muralla del Albacar y las Puerta del Cristo y del Viento. Ronda (Málaga)

Año del proyecto: Febrero 2004

Entidad contratante: Excmo. Ayuntamiento de Ronda. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía

Empresa constructora: Bobastro 2000 S.L.

Año de ejecución: Entre Enero de 2006 y Febrero 2007

 

Resultado de la obra:

Se propuso una doble actitud en la intervención sobre los tapiales de hormigón, que mostraba algunas tapias con el estado que les proporciona el paso del tiempo, y otras sometidas a una restauración más completa debido a su mayor meteorización. Estos criterios son:

-          Los lienzos de mejor estado de conservación mantendrían su imagen actual mediante el saneamiento y la consolidación selectiva de su epidermis, clausurando parcialmente mechinales y fisuras con mortero calizo.

-          Las estructuras peor conservadas, y, sobre todo, con fuertes pérdidas de material superficial, recibirían una nueva hoja exterior de hormigón de cal, puesto en obra según la técnica original de encofrados y agujas de madera.

 

En definitiva, las labores realizadas sobre las estructuras de los lienzos fueron las siguientes:

  1. Se saneó el conjunto de las superficies de las estructuras. Así, se desmontaron aquellos elementos que presentaban graves problemas de estabilidad. Por lo que respecta a los hormigones de cal, se eliminaron las costras y láminas superficiales casi desprendidas o muy meteorizadas, buscando dejar una masa estable sobre la que actuar.
  2. Restitución total del zócalo desaparecido de mampostería. Esta actuación se consideraba necesaria para nivelar la superficie y servir de arranque de las nuevas tapias que además actuan como importante elemento de protección en la zona baja de los muros, muy expuesta a la acción de la humedad de capilaridad y las salpicaduras del agua de lluvia.
  3. Por lo que respecta a la restauración de las tapias, diferenciamos dos tipos de actuación dependiendo del estado de degradación de los hormigones.
    1. El primer caso tuvo como objeto aquellos cajones cuya superficie apenas si presentaba deterioro, o, incluso, aún conservaba el sustrato original que se obtiene al desencofrar. Por ello se proponía el simple relleno de fisuras con morteros de cualidades cromáticas y resistentes similares al material medieval. Esta sistemática también se aplicó para el macizado interior de los mechinales, pero sin clausurarlos, de modo que se conservara su huella tan característica.
    2. El otro caso afectaba a aquellas tapias muy deterioradas y con importantes pérdidas de material, tanto en paramentos verticales, parapetos y caminos de ronda. Teniendo en cuenta la experiencia recabada de restauraciones de hormigones calizos de similar estado de conservación, el método terapéutico más razonable era el que adosa una nueva hoja exterior resuelta con un material muy similar al original, y puesto en obra mediante tapiales de madera reutilizables que le proporcionan una terminación similar a la original.

Definimos la mezcla definitiva durante el propio desarrollo de los trabajos, realizando un número variable de probetas con diferentes dosificaciones. El material nuevo fue puesto en obra mediante encofrados de madera resinosa, de medidas exactas a las que presenta el cajón original sobre el que se va a colocar. La nueva mezcla era convenientemente mezclada y se ponía en obra dentro de los cajones, procediendo a continuación a su compactación mediante un pisón. Para lograr una óptima adherencia se embutió dentro del nuevo hormigón un mallazo de fibra sintética (5 mm separado a 100 mm. Dentro de esta nueva fábrica propusimos reproducir el hueco de los huecos de las agujas de la tapia original.

 

  1. No se reconstruyeron completamente los parapetos en los muros existentes, ni se “inventaron” merlones sobre los mismos. Únicamente se niveló el perfil superior de los parapetos siguiendo el trazado en cremallera de la muralla. Las nuevas fábricas, similares en su aparejado a las originales, quedaban diferenciadas de las medievales mediante una banda de plomo inserta en el muro pero suficientemente visible para diferenciar lo nuevo de lo viejo.

 

OBSERVACIONES:

 

GURRRIARÁN DAZA, P., GARCÍA VILLALOBOS, S., “La Muralla del Albacar y las puertas del Cristo y del Viento”, en Memorias de Ronda. Revista de historia y estudios rondeños, número 4, Ronda, 2007, pp. 22 a 31.

TORRES BALBÁS, L., “La acrópolis musulmana de Ronda”, Al-Andalus, IX, 1944, pp. 449 a 481.